Slow parenting: la crianza “a fuego lento”
La necesidad de una nueva forma de educar

El movimiento slow es una tendencia mundial  que surgió hace unos años como filosofía de vida y que cobra cada vez más fuerza. Es una forma de estar en el mundo que desafía el culto a la velocidad, como nos dice uno de sus principales defensores, Carl Honoré. Nace como una necesidad de vivir más y mejor, pausadamente. Sin prisas tóxicas .Es aplicable a cualquier ámbito de la vida.En educación cobra cada vez más fuerza la idea de educar respetando ritmos, y ello se traduce en el estilo  Slow parenting  o crianza a fuego lento y  Slow Schooling  o escolarización lenta. Ambos buscan gestionar el tiempo  con paciencia, simplificando y sin carreras. Respetando los ritmos de cada persona, lo lúdico y creativo, el disfrute de los procesos, sin precipitar los resultados. Permite buscar un “tempo giusto” para cada actividad, y un estilo de crianza acorde  a cada familia, así como una escuela que defienda y practique  pedagogías respetuosas y alternativas. Requiere reflexión, implicación y planificación.
Estos son los principios del Slow parenting, adaptados a mi forma de ver la educación:

Decálogo de crianza “a fuego lento”:

1. Desactive la tecnología durante al menos una hora cada día (preferiblemente más).

2. Sea padre o madre, deje de tratar de ser amigo de su hijo.

3. Cultive la capacidad de observar a su hij@ y otrxs niñ@s, y hágase  consciente de esas observaciones. Fíjese en las diferencias en el desarrollo de diversas edades.

4. Las casas son las primeras escuelas, los padres-madres son los primeros maestros. Comprenda y valore la importancia de su función.

5. El trabajo de un niñ@ es jugar.

6. Usted da la vida, pero no es la vida de su hij@, ni tampoco él/ella es toda su vida.

7. Está bien decir que no. Renunciar a actividades  para ganar en calidad.

8. Menos es más , la creatividad a menudo nace del “aburrimiento”.

9. “Hace falta una tribu para educar a un sól@ niñ@”, el respeto y el honor de la comunidad permite sinergias y lazos efectivos de co-educación.

10. Aprenda a cultivar los espacios tranquilos durante el día y a hacer tiempo y espacio para “aquietar la mente” del ruido continuo .Permítase  la gratitud y admiración.




El trabajo de un niñ@ es jugar”.
“El hogar  es la primera escuela, y los padres y madres los primeros maestros”.
“Cada momento de cada día es una experiencia de aprendizaje”.




 Aplicando la filosofía del  movimiento slow en familia 


  • Desconectar aparatos de tv, móviles, pc, tablets para entrenar la mente en la quietud del momento y la atención a las actividades, de  descanso o de relaciones que se están realizando. En las comidas, y por la noche durante la cena y al acostarse. Establecer límites y dar sentido a cada  actividad. Encuentren en familia ese tiempo  justo para cada cosa.
  • Priorizar actividades de calidad y de disfrute para sus hij@s, y decidirlas con ell@s. El aprendizaje en el medio natural, explorando, investigando, preguntándose cosas requiere lentitud y conciencia. A cambio, l@s chic@s aprenden por si mism@s, se asombran y son felices, con ganas de saber más.
           
  • El juego desestructurado, sin objetivo previo ni meta, salvo el disfrute, les ayuda a desarrollar su sentido de control del tiempo, aprenden a auto-gestionarse.
 
  • A veces nos empeñamos en creer que necesitan estar permanentemente ocupad@s, o ser de l@s primer@s, pero lo que necesitan es  jugar, imaginar, crear mundos posibles y aburrirse para aprender de forma significativa. Escuchémosles y no “adelantemos etapas” antes de su adecuado tiempo.
 
  • Establecer un sano equilibrio entre actividades escolares para casa, estudio y ocio. Con tiempos de descanso entre ambos.
  • A todo el mundo no le va el yoga, tai-chi o meditar, métodos muy recomendables, pero si se puede comenzar por pequeñas actividades con actitud lúdica y relajada. Cualquier actividad que realices de manera consciente y sin prisas, disfrutando del proceso, es “slow”. Aprender a des-acelerar es un entrenamiento en sí, al principio cuesta, poco a poco, vas disfrutando de sus beneficios en salud y calidad de relaciones.
  • Somos padres, madres, ti@s, abuel@s, si los acompañamos en sus procesos de crecimiento respetamos sus formas únicas de ser. Aprendamos de ell@s de su ritmo y su asombro por la vida y lo pequeño. Conozcámonos como adult@s, nuestros miedos, limites, insatisfacciones, con humildad, para poder acompañarles sin obstáculos.
  • Ell@s necesitan cuidadores disponibles, atentos y que sepan escuchar, no padres perfectos o que no puedan reconocer sus equivocaciones. Aprender a  disfrutar y del error riendo es el mejor regalo de vida que les podemos dar, y que también nos dan.
Hacer cosas a mano juntos( pan casero, arcilla, plastilina, punto…),leer, salir con la bici, cazar insectos, cocinar, pintar, cultivar o sembrar plantas,inventarse un juego con pocos materiales, hacer teatro, un puzzle, dándose todo el tiempo necesario, disfruten del proceso sin pensar el resultado…las combinaciones son infinitas. Y a vosotr@s, ¿que se os ocurre?.


 ¿Quieres saber un poco más?

Os recomiendo un libro y un video:

Bajo presión: cómo educar a nuestros hijos en un mundo hiperexigente. Carl Honoré. Editorial RBA, 2013.

Documental en la web:

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